"Aquel que conquista a otros es fuerte; aquel que se conquista a si mismo es poderoso" Lao Tse




lunes, 30 de julio de 2012

¿PEONES DE LA CRISIS?

Entre todos la mataron y ella sola se murió”. Como dice el refrán, nadie parece ser el culpable o responsable al menos, de la situación económica en la que nos encontramos. Tampoco parece que nadie haya anticipado que algo tan grave y global pudiera estar fraguándose, ni siquiera los “expertos”. ¿Somos más torpes de lo que nos creemos? Quizás, simplemente, es que no hay mas ciego que el que no quiere ver.

La sociedad del bienestar en la que nos encontramos, puede que distorsione la dirección en la que en realidad puede que estemos yendo. Como aquel del chiste que se tira del 20º piso de un rascacielos y alguien desde el 8º le pregunta:
   -¿Qué tal vaaaa? 
   -Y el otro contesta:  ¡De momento biennnnnnnn!

¿Vamos a acabar como este tío, estampados en la acera?

Esta sociedad capitalista esta avocada a no poder bajar el ritmo autoimpuesto. Parece haberse metido en un jardín del que le va a costar salir. No somos muy conscientes porque estamos todos metidos en el ajo y desde dentro no tienes la misma perspectiva.. Igual que no somos conscientes de la tremenda velocidad a la que orbita la Tierra alrededor del Sol: 29,8 Km/s. Impresionante.

 En oriente dicen:

Quien cabalga su propio tigre no puede desmontar

Pero no todo esta perdido, podemos hacer como los superhéroes: utilizar nuestros poderes para el bien... Lo que quiero decir, es que igual que nos hemos metido en este lío por nuestra capacidad de distorsionar y no querer ver lo que no nos interesa, podríamos hacer lo mismo pero al revés.

Dijo Epicteto:  Lo que turba a los hombres no son las cosas, sino las opiniones que de ellas se hacen. Por ejemplo, la muerte no es algo terrible, pues, si lo fuera, a Sócrates le hubiera parecido terrible; por el contrario lo terrible es la opinión de que la muerte sea terrible. Por lo que, cuando estamos contrariados, turbados o tristes, no acusemos a los otros sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones.
Acusar a los otros por nuestros fracasos es de ignorantes; no acusar más que a sí mismo es de hombres que comienzan a instruirse; y no acusar ni a sí mismo ni a los otros, es de un hombre ya instruido.

Aportemos nuestro granito de arena para no continuar por el camino del lamento y la queja y hagamos todo lo que esté en nuestra mano.

Según Wittgenstein, el lenguaje que utilizamos a su vez nos utiliza, en cuanto que los códigos lingüísticos que empleamos para comunicar la realidad son los mismos que utilizamos en la representación y elaboración de nuestras propias percepciones. Quiere decir, que diferentes lenguajes conducen a diferentes representaciones d la realidad. ¿Cuántas veces hablamos y cómo hablamos de la crisis? Puede que estemos echando leña al fuego entre todos. Si empleamos un código que se enfoque en el cambio podríamos salir de la causalidad circular y romper el equilibrio.

Piaget, en sus investigaciones, demuestra que no solo la idea de un mundo “externo”, independiente de por sí, es consecuencia de acciones exploradoras, sino que lo es también en el desarrollo de conceptos básicos como la causalidad, el tiempo y hasta, como él dice, la elaboración del universo. Por lo tanto, diferentes acciones pueden llevar a la construcción de diferentes realidades.

Pero basta con imaginarlo. Efectos imaginados producen causas concretas. El futuro (no el pasado) determina el presente: la profecía autocumplida de Watzlawick. De una manera u otra, diremos o haremos todo lo necesario para que nuestra profecía se cumpla. Lo bueno, según este autor, es que resulta muy distinto que nos consideremos como peones de un juego cuyas reglas designamos como realidad, o bien como jugadores que saben que las reglas del juego tan sólo son “reales” en la medida en que las hemos creado o las hemos aceptado, y que podemos cambiarlas.

    Creo que con este cuento se ilustra bastante bien esta idea:

Había una vez un ciudadano que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía la radio, no leía los periódicos ni veía la televisión. 
Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón: "Compren deliciosas albóndigas calientes", y la gente se las compraba.
Aumentó la adquisición de pan y carne, compró un terreno más grande para poder ocuparse mejor de su negocio, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Empresariales a fin de que le ayudara.
Sin embargo, ocurrió algo importante; su hijo le dijo: "Padre, ¿pero no escuchas la radio, ni lees los periódicos?, estamos sufriendo una grave crisis, la situación es realmente mala; peor no podría estar". El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee la prensa, ve la televisión y escucha la radio sabe entonces lo que dice"
Compró pues menos pan y menos carne, sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan, y las ventas fueron disminuyendo cada día más.
"Tenías razón hijo mío", le dijo al muchacho, "verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis".

     Para ser parte de la solución y no del problema, empecemos a cambiar nosotros mismos:
          “Se el cambio que quieras ver en el mundo”                                                  M. Gandhi

miércoles, 28 de marzo de 2012

El mito de Sísifo o más de lo mismo.


   En la mitología griega, Sísifo, fue el astuto rey de Corinto. Pero no se le ocurrió otra cosa que delatar a Zeus. Éste, para castigarlo le mando a Tánatos (la muerte). Tan listo era que la engañó y se libro de ella.  

   Sin embargo, un día muchos años después, le faltaron las fuerzas para seguir viviendo. Estaba demasiado viejo. Ya no tenía energías para engañar a la Muerte. Y fue nuevamente arrastrado al inframundo. 


   Al recibir a Sísifo por segunda vez se le impuso una tarea que no le permitiese ni un minuto de descanso e impidiera cualquier evasión: empujar montaña arriba una enorme piedra, que siempre se le escapa de las manos al llegar cerca de la cima. Y así,  perpetuamente, el condenado que osara engañar a la Muerte desciende por la ladera para retomar la piedra y recomienza su tarea sin fin y sin objetivo.


Sisyphus (Tiziano) 1549
   
   Esta especie de maldición, es experimentada por muchos de los pacientes. Éstos, sienten sobre sus hombros pesadas cargas que empujan hasta la cima y en donde esperan encontrar alivio. El paciente piensa que al llegar, sus problemas se solucionarán, el esfuerzo ha dado sus frutos y todo parece ya formar parte del pasado. Ahora es cuando se presenta la desagradable sorpresa de que la piedra empieza a rodar cuesta abajo y todo parece empezar de nuevo. Tenemos otra patología o problema a resolver o el mismo con otro aspecto.

   En el caso de repetirse la misma situación problemática, de la que parecía que habíamos escapado, intentamos resolverla de la misma manera que la primera vez. Volvemos a subir la piedra a la cima de la montaña. Hemos repetido la misma solución para solucionar el mismo problema. Se repite todo el proceso indefinidamente como en el caso de Sísifo. Pero, como decía A. Einstein: "Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados".




   En otras ocasiones, parece que se presenta otro problema. Pero puede tratarse, simplemente, del mismo perro con distinto collar. O más de lo mismo pero con otro aspecto. Nuestra percepción varía en función del momento o las circunstancias.
   En algunos casos, como con las muñecas rusas (matrioskas), nos encontramos que al resolverse la situación, hay otro problema o patología dentro o detrás que pasa a ocupar su lugar.




   La sensación, en cualquier caso, es la de la inutilidad del trabajo realizado. ¿Merece la pena esforzarse si voy a encontrarme eternamente con un nuevo problema?


   El objetivo de la terapia, en este caso, es doble:

-       Por un lado, cambiar la percepción de lo pesada que pueda ser la carga. Es nuestra percepción la que determina el tamaño y peso de la roca.

“No son las cosas en sí lo que nos preocupa, sino las opiniones que tenemos de las cosas”  Epícteto.
-       Por otro lado, la terapia también nos va a hacer más fuertes. Va a trabajar con nuestros puntos débiles y también sacar lo mejor de nuestro potencial.
   Pero sobre todo, lo que vamos a intentar, es identificar cuales son las soluciones intentadas redundantes, que nos dirigen irremediable e indefinidamente a seguir subiendo la montaña. Romperemos el círculo vicioso y podremos elegir.
     

“El hombre no tiene una naturaleza sino una historia. El hombre no es más que un drama. Su vida es algo que elegir, construir mientras discurre. Ser humanos consiste en esta elección y en esta inventiva. Cada se humano es el novelista de si mismo, y aunque  puede elegir ser un escritor original o un plagiario, no puede evitar escoger. Esta condenado a ser libre”
                           José Ortega y Gasset.
  

jueves, 15 de marzo de 2012

El insomnio del mono loco

Uno de los síntomas más frecuentes en la consulta es el insomnio, ya sea asociado a cuadros depresivos, ansiosos o de otro tipo. Los mecanismos de producción del insomnio suelen repetirse en cada persona, puesto que está alimentado por las soluciones intentadas disfuncionales (SID) que mantienen el síntoma. Desde el punto de vista de la Terapia Breve Estratégica, hay que localizar las SID. para romper el círculo vicioso.

La prescripción que puede romper esta situación es la técnica llamada “como empeorar”. Consiste en pedirle al paciente que haga una lista o nos cuente, de que forma haciendo o no haciendo algo, podría empeorar su insomnio. En un principio puede desconcertarse con esta petición, pero le aclaramos que tenemos que ser unos expertos en estropear una cosa antes de mejorarla: “Si quieres enderezar una cosa aprende antes cómo torcerla aun más”. Se obtienen dos beneficios, uno paradójico: intento hacerlo mal pero mi mente se resiste y busca en dirección opuesta, por lo que solo se me ocurren formas de mejorar. Otro efecto, es que pensando en como empeorar descubra que ya esta haciendo cosas en esa dirección y siguiendo una lógica de la contradicción, cuando descubro que estoy haciendo algo mal, después lo evito es una secuencia temporal.
     En ambos casos alcanzo mi objetivo, anulo las SID que mantienen y empeoran el problema.

     En el caso del insomnio, como en muchos otros, se produce un fenómeno paradójico por el cual el sujeto pretende solucionar su problema forzándose a ello y presionándose para conseguirlo. Lo que obtiene, sin embargo, es que cuanto más se empeña en dormir más le cuesta.

     Buda, hablando de la mente, decía que era como un mono loco que va de rama en rama. No tenemos tanto control sobre la mente como nos gustaría. Nuestros pensamientos no paran en ningún momento, son como los tiburones. Estas “criaturas” necesitan estar permanentemente en movimiento para que el agua pueda pasar por sus branquias y oxigenarse. La mente de la mayoría de los mortales está en movimiento constante. Solo con un gran entrenamiento en meditación puede controlarse a este mono y darle un poco de cordura.

     Desde la TBE se pueden emplear estratagemas que facilitan todo esto. Con “apagar el fuego añadiendo más leña” (o mas prosaicamente “no quieres sopa, pues toma dos tazas”)lo que pretendemos es que ya que el sueño no aparece de forma espontánea, hacemos justo lo contrario: no duermo porque yo lo decido así. En el momento que veo que no logro conciliar el sueño y mi mente empieza a ir de rama en rama me levanto de la cama. Esto permite que se rompa el círculo vicioso. Dependiendo de cuales han sido las SID se establece una estrategia distinta adaptada para cada caso. Por ejemplo: me levanto de la cama y me quedo durante 15 minutos mirando por la ventana. Transcurrido ese tiempo vuelvo a la cama. Si el mono sigue dando guerra repito el proceso las veces que hagan falta. En este caso soy yo quien decide cuando y como se duerme y no el simio.

     Otro fenómeno que se suele presentar es el de las creencias con respecto al sueño que nos llevan a decidir si padecemos o no de insomnio. Nos podemos dejar influir por datos o información, como por ejemplo que hay que dormir mas o menos 8 horas. Dada la variabilidad en este tema es difícil determinar cual es la cifra adecuada para cada persona. Esto nos lleva a la necesidad de reestructurar esta creencia según la estratagema “hacer subir al enemigo al desván para después quitarle la escalera” (o según nuestra cultura: llevarle al huerto). No necesitamos dormir tanto como cree el paciente, pero aunque fuese así, vamos a comportarnos “como si” no lo necesitáramos. Con esta técnica, le pedimos al paciente que se levante una hora antes de lo habitual. Es una hora que me regalo, en la cual puedo hacer algo agradable para mí, lo que yo prefiera. Dejo de ser una víctima del insomnio para convertirme en el que manda y controla la situación. Además, soy una persona especial que necesito menos tiempo de sueño y aprovecho más mi vida. Siguiendo a P. Watzlawick, no vamos a ocuparnos de las propiedades o características del sueño (realidad de 1er orden), sino al significado o valor que le hemos dado (realidad de 2do orden).
“No son las cosas en sí lo que nos preocupa, sino las opiniones que tenemos de las cosas” Epicteto