CÓMO ALCANZAR EL ÉXITO
Alcanzar el éxito
en nuestra vida es posible, incluso diría que fácil, en el momento que
empecemos a recorrer el camino que nos lleva a él. Es en el propio camino cuando
empezamos a encontrar el éxito, pero primero necesitamos saber a dónde nos
lleva. Por eso, el primer requisito para alcanzar el éxito es conocer cuál es nuestro propósito en la vida. Si conozco ese propósito, lo que
quiero conseguir, el sitio al que quiero llegar, iré averiguando las etapas intermedias,
que como hitos nos llevarán a la cima. Este camino marca un rumbo que señala la
dirección a tomar.
Se trata de
ir a mi ritmo y de llegar hasta donde yo pueda. Mi objetivo, por tanto, es desarrollar mi máximo potencial. Puede que me quede a cierta distancia de la cima, pero
habré avanzado todo lo que haya podido. Es posible que encontremos
circunstancias que nos limiten el avance. A veces son limitaciones personales,
otras no depende de nosotros, pero siempre que lo demos todo habremos alcanzado
nuestro éxito. El corredor de ultradistancia Kilian Jornet, comenta en su libro
“Correr o Morir“ que a veces siente envidia cuando ve llegar a algún corredor, en
ocasiones horas más tarde que él, pero con una cara que refleja la satisfacción
de conseguir su propia meta.
Por otra
parte, no podemos olvidar que no hay ninguna conducta que no me
afecte a mi o a los demás. No hay nada que haga que no tenga una repercusión, que se inocuo. Como
sabemos por P. Watzlawick y su primer axioma de la comunicación: “Es imposible
no comunicar”. Por lo que todas nuestras conductas influyen en el sistema.
Sería una comunicación digital, en la que ninguna conducta es
neutra, o es 1 o 0,
o blanco o negro, o me aleja o me acerca a mi objetivo.
En cualquier
caso, no se trata de pavimentar nuestro camino con cadáveres y a cualquier
precio. El otro gran factor que determina el Éxito es la forma en la que influye
nuestra conducta en nosotros y en los demás. Con los ejes de coordenadas
siguientes se representa la relación entre mi conducta y la repercusión que
tiene en los demás.
En el primer cuadrante, estas orientado al éxito, la conducta me beneficia a mí y los
demás. Manteniendo conductas de este tipo en el tiempo es como alcanzo mi
objetivo. Dependerá de las circunstancias el que me encuentre en un punto u
otro del cuadrante, pero en cualquier caso, habrá un beneficio mutuo. Permaneciendo
en este cuadrante, y solo beneficiando también a los demás
sentiré que habré alcanzado el éxito.
En el segundo cuadrante, me beneficio yo en perjuicio de los
demás. Sería un comportamiento maquiavélico: “el fin justifica los medios”. No es que disfrute del mal ajeno, es
que le da igual con tal de beneficiarse, no tiene en cuenta los “daños
colaterales”. Se trata de una persona con un rasgo de personalidad
psicoticista. Es típico de grandes ejecutivos o algunos políticos. Pueden llegar
a triunfar, pero a la larga todo termina derrumbándose. En estos días el
presidente de Ucrania, Yanukovych, debe estar reflexionando sobre todo esto.
En el tercer cuadrante, el fin también justifica los
medios, pero en este caso, su fin es el beneficio de los demás y el medio es su
propio perjuicio. Por lo tanto hablamos de un mártir que se sacrifica por los
otros. Puede en un primer momento que compense pero a larga lleva a un callejón
sin salida.
En cuadrante 4, pensamos que “de perdidos al río”. Tu comportamiento es destructivo. Ya me da igual 8 que 80. Voy completamente en
dirección contraria a mi objetivo. Cuando alguien está en esta espiral
descendente, como en el caso de las adicciones, no se puede evitar dañar a la
gente que te rodea; ya sea familia, amigos o la sociedad. Es un camino que se
hace mmmuy largo.
Entiendo que
hay ocasiones en que podría estar justificado el estilo de conducta del cuadrante
2. Pensemos en dos alpinistas encordados colgando de un abismo, puede que el que
está arriba de la cuerda llegue a la conclusión de que debe cortar la cuerda
que le une a su compañero para salvarse. (Algo real que podemos ver en la
película “Tocando el vacío”)
También en
el caso del cuadrante 3, pueden darse situaciones en las que el bien común está
por encima de uno mismo (y de nuestro instinto). Como cuando te sacrificas por
salvar a alguien. En este caso son nuestras creencias las que nos movilizan.
Por poner
una cifra, diría que solo en el 5% de las ocasiones deberías situarte en el
cuadrante 2 o en el 3 y solo en las situaciones mencionadas arriba.
En cualquier
caso, en el cuadrante 4 estamos en sentido contrario, a 180º de nuestro destino
y no se me ocurre ninguna situación en la que tenga sentido permanecer aquí.
Por lo tanto, creo que deberíamos estar el 0%. del tiempo.
De esto se
deduce que el 90% de nuestras conductas deben tener el estilo del primer
cuadrante, que son las únicas que me acercan a mi meta.
En
conclusión, se puede alcanzar el éxito, siempre que sepamos:
Determinar nuestra misión en la vida.
Desarrollar nuestro máximo potencial.
Que todas mis conductas me alejan o
acercan de mi destino.
Que todas mis conductas afectan a los
demás o a mí mismo.
Solo me
queda recurrir una brújula que me vaya corrigiendo la dirección. Esta brújula no
es otra cosa que una pregunta que tengo que hacerme cada vez que cuestione la
dirección: ¿Esto, me aleja o me acerca a mi objetivo?.
Con esto en mente, puedo resolver cualquier
incertidumbre o bloqueo en el que me encuentre. Si soy sincero y actúo en
consecuencia, el rumbo señalará el camino de forma evidente.
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